¿Cómo es una super ciudad de las bienes raíces?

Tiene que inspirar y tener el mismo “factor wow” que posee una oficina de Google, si desea atraer firmas de ese calibre

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El informe “Las Super Ciudades” fue publicado por el gigante del mundo inmobiliario Newmark Knight Frank

Por Comunicación Newmark Grubb Central America
comunicacion@ngcentralamerica.com

Las compañías que buscan nuevas locaciones para sus oficinas, toman en cuenta cada vez más el potencial de un sitio de convertirse en una “super ciudad”. Todos quieren estar en un Tokyo, Nueva York, Londres, Los Ángeles o San Francisco.

El informe “Las Super Ciudades” publicado por el gigante del mundo inmobiliario Newmark Knight Frank tan solo semanas atrás, define a una “super ciudad” como un lugar que se integra dentro de las redes propias de una ciudad global actual, como lo son los geeks de la tecnología, los foodies, la comunidad LGBT, entre otros.

Un estudio de la Universidad de Loughborough reveló que el 20% de un día de trabajo se pasa fuera del escritorio y por eso, hoy es cada vez más importante que las ciudades tengan un factor wow o sorpresa, similar al que genera estar en una oficina de Google, si quieren atraer a empresas de ese calibre.

Las ciudades que no lo logren perderán negocios, trabajos e inversión que huirán a zonas donde sí lo encuentren. Por ejemplo, el año pasado Faiifield, Connectitut perdió la sede central de GE ante Boston, graciasa la famosa cultura universitaria y de innovación de esta última.

Pero, ¿qué caracteriza a una super ciudad? Los nuevos formatos de distritos de oficinas forman parte de la respuesta. Según Newmark Knight Frank, las firmas ahora se mueven donde puedan obtener una oficina de calidad en un lugar que atraiga a su equipo, en lugar de los tradicionales hubs de industria.

Asimismo, hay un auge de espacios de co-working que provee de una plataforma de relaciones informales entre emprendedores. Esta es la manifestación en bienes raíces de la “economía freelance” donde muchos trabajan de manera independiente y los equipos se forman con base en proyectos específicos.

Por otra parte, las ciudades que invierten más en tecnología verán grandes frutos. Por ejemplo, Berlín logró crecer 19% gracias a su enfoque tecnológico. Sin embargo, la capacidad de adaptación de las ciudades también es un factor que las empresas están tomando en cuenta. Esto pasó con Nueva York y Londres que se probaron capaces de migrar de una base casi solamente financiera hacia la innovación.

Otro ejemplo a seguir es el de Shanghai, que tan solo en 2017 se le consideraba como una ciudad manufacturera y hoy, 10 años después, es un centro tecnológico de alto crecimiento.